La culpita de todo la tiene el archibebe, bueno el y una pareja de cernícalos que no me terminan de coger el posadero. Como os decía, me acerque a ver como estaba el campo para el fin de semana y vi un par de archibebes muy bonitos, luciendo sus galas a esta altura de año y me fui a por ellos. Lo que no contaba es que a la fiesta se iba añadir un alcaraván, algún correlimos menudo, las cigüeñuelas (bueno, con estas si contaba) y, y, y ocho tarros blancos que me lo han echo pasar en grande. Estos también andan de celo y es impresionante como se las gastan estos. Nunca había asistido a los rituales de apareamiento de estas anátidas y me han sorprendido. Fotográficamente es espectacular, no os voy a mostrar nada de como es por una razón, el 500, es la primera vez en mi vida que me han sobrado milímetros de focal. Estaban tan cerca, arman tal jolgorio y dado que tienen un tamaño considerable que me ha sido imposible sacar algo medianamente decente de los escarceos y peleas que se llevan unos con otros, o no he podido o no he sabido, eso si que la experiencia de vivirlo a escasos metros ha merecido la pena, os lo aseguro.
Os dejo una pequeña muestra, esta semana ha sido difícil la selección y no por no haber sino mas bien todo lo contrario.
Vemos que sigues disfrutando con cualquier bicho que tenga plumas. Se nota en tus fotos y en lo que nos explicas.
ResponderEliminarJosé Mª y Luuisa.